¿Cómo reducir la huella hídrica de los alimentos con Sanosil?
Aunque las empresas del sector agroalimentario están comprometidas con favorecer un desarrollo económico sostenible, reducir la huella hídrica de los alimentos sigue suponiendo un reto para este nicho.

Dentro de la industria de la alimentación el agua es un recurso empleado en distintos procesos y por eso se trabaja en reducir su consumo, fomentar la reutilización y planificar estrategias basadas en la economía circular. La Asociación de Fabricantes y Distribuidores AECOC ha publicado recientemente un estudio, realizado entre empresas del sector alimentario, que sostiene que el 70% de las compañías estudiadas cuenta entre sus planes con estrategias para reducir el consumo de agua. El informe afirma también que, en los últimos años, estas compañías han reducido en un 20% la cantidad de agua utilizada.
A pesar de los esfuerzos que la industria agroalimentaria ya hace años que lleva a cabo, el problema de la huella hídrica de los alimentos sigue existiendo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), España consume cerca de 2.500 metros cúbicos/habitante/año, situándose como el segundo país de Europa con mayor huella hídrica (equivale a gastar 6.700 litros de agua/persona/día). Además, el 70% de la huella hídrica mundial se relaciona con los alimentos, según afirma la FAO.
“Existen algunas estrategias -explica Carmen Antolinos, directora técnica de Sanosil– que las empresas del sector agroalimentario pueden implementar para reducir el consumo de agua en sus procesos, disminuir la huella hídrica de los alimentos, el impacto medioambiental y mejorar la responsabilidad social corporativa”.
En línea con lo que afirma la doctora Antolinos, la industria agroalimentaria trabaja con distintos propósitos de mejora. Uno de ellos pasa por identificar aquellos puntos de la producción en los que se podría reducir el consumo de agua, así como reutilizarla.
En línea con lo que afirma la doctora Antolinos, la industria agroalimentaria trabaja con distintos propósitos de mejora. Uno de ellos pasa por identificar aquellos puntos de la producción en los que se podría reducir el consumo de agua, así como reutilizarla.
Desinfección para reducir la huella hídrica de los alimentos
Trabajar con proveedores que ofrezcan garantías de uso responsable de las materias primas es otro de los pilares que se está promoviendo. “En este punto -añade la señora Antolinos – una buena práctica pasa por trabajar con grandes proveedores que nos ofrezcan certificaciones de sostenibilidad y, en paralelo, colaborar con pequeños agricultores y ganaderos que apliquen buenas prácticas ambientales”.
Sanosil, empresa con más de 38 años de experiencia en el sector de la desinfección y presente en más de 40 países, ayuda a los agricultores a reducir la huella hídrica de los alimentos. Lo logra con una gama de desinfectantes que ayudan a controlar el consumo de agua relacionado con el lavado de productos hortofrutícolas. Estas soluciones son capaces de mejorar hasta en un 50% la eficiencia en el uso del agua de lavado de frutas y verduras en la industria alimentaria.

“Asimismo, con nuestros desinfectantes específicos para la agricultura conseguimos -añade la directora técnica de Sanosil- favorecer la filtración del agua y nutrientes en el suelo, al mismo tiempo que evitamos la lixiviación y percolación de estos, aumentando la oxigenación del suelo, evitando el sobre riego y con ello el gasto excesivo de agua”.
Las empresas agroalimentarias también trabajan para reducir la huella hídrica de los alimentos a través de la optimización de los procesos productivos y las líneas de procesado. En este sentido un diseño higiénico aplicado a las instalaciones favorece una limpieza más sencilla de las instalaciones, lo que en paralelo reduce la huella hídrica de los alimentos. Si unimos esta optimización al empleo de desinfectantes que no dejen residuos tóxicos, como es el caso de Sanosil, y que no necesiten aclarado, el beneficio se multiplica.

“Además -añade Carmen Antolinos- la desinfección en estas zonas de conducción y almacenamiento favorece una disminución del agua que se suele desperdiciar en estos procesos, ya que desinfectando evitamos que el agua estancada se contamine y que los sistemas de conducción se dañen”.
La reutilización del agua es otro de los puntos de mejora en la industria en pro de la disminución de la huella hídrica de los alimentos. “Podemos recuperar el agua que se emplea en los procesos -explica la doctora Antolinos- ya que Sanosil oxida la materia orgánica. En función de la carga que contenga el agua es posible aprovecharla varios ciclos más, y después reutilizar el agua residual en procesos de desinfección y limpieza”. Y no solo para la limpieza podemos reutilizar el agua; Sanosil cuenta con una solución, Sanosil Super 25 (desinfectante profesional especialmente indicado para la desinfección de aguas de consumo humano y animal), ayuda a reducir la huella hídrica de los alimentos al convertir aguas contaminadas en agua potable.
Desinfectantes Sanosil para reducir la huella hídrica de los alimentos

DESINFECTANTE, FUNGICIDA, BACTERICIDA, VIRICIDA
PARA AGUAS, SUPERFICIES Y AMBIENTES. APTO PARA USO ALIMENTARIO.
✓ Alta concentración.
✓ Apto para agricultura ecológica (Certificado CAAE).
✓ Sin residuos tóxicos.
✓ Provoca la muerte celular completa. Sin efecto BVNC.
✓ Acaba con cepas persistentes sin crear resistencia en los patógenos
✓ Elimina y previene la formación de biopelículas, algas y lodos.
✓ Control de la legionella a niveles peligrosos.
✓ Amplio rango de PH (óptimo PH7).
✓ Activo a temperaturas de hasta 95ºC (óptimo 40º-50º).
✓ Inodoro e incoloro.
✓ Biodegradable.

DESINFECTANTE, FUNGICIDA, BACTERICIDA, VIRICIDA
DESINFECTANTE PARA EL TRATAMIENTO DE AGUAS Y SISTEMAS DE RIEGO. PULVERIZACIÓN
✓ Alta concentración.
✓ Apto para agricultura ecológica (Certificado CAAE).
✓ Sin residuos tóxicos.
✓ Elimina y previene la formación de biopelículas, algas y lodos.
✓ Provoca la muerte celular completa. Sin efecto BVNC
✓ Oxigenan el agua, los sustratos y las raíces.
✓ El oxígeno activo mejora la actividad fotosintética de las plantas.
✓ Reduce la proliferación de huevos y larvas de insectos.
✓ Minimiza el uso de pesticidas y fitosanitarios.
✓ En postcosecha alarga la vida útil de frutas y verduras.
✓ Respecta las cualidades organolépticas de los productos agrícolas.
✓ Inodoro e incoloro y biodegradable.

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